CIUDAD DESIDIA (Parte 7)

MOTO TAXI: ¿Solución o dolor de cabeza?

Cuando yo era niño, y durante muchísimos años, manejé siempre algunos conceptos básicos sobre como era el comportamiento de los peatones y conductores en las calles, pero de un tiempo hacia acá, todo ha cambiado……..

¡¡Y de que forma!!

Es bien sabido  por todos que la anarquía se ha apoderado de nuestras calles, avenidas y autopistas. Eso ya es un tema bien sabido. Sin embargo el tema que quiero tratar hoy, es el de los MOTOTAXIS.

Si bien es cierto que un muchos casos, el moto taxi (o la moto, para los efectos) son una solución al infernal trafico de las ciudades, en especial Caracas; también es cierto que en su gran mayoría, los conductores de moto taxis NO TIENEN EL MAS MINIMO RESPETO ni por las leyes de tránsito, ni por los transeúntes, ni por ninguna autoridad.

Muy específicamente hoy quiero hacer énfasis, en la manera ABUSIVA en que las líneas de MOTO TAXIS invaden las aceras, entorpeciendo y muchísimas veces IMPIDIENDO POR COMPLETO la circulación del peatón. 

 En estos días ví con horror, como unos padres que iban con su bebé recién nacido, tuvieron que lanzarse a la calle (el papá con el coche a cuestas y la mamá con el bebé en brazos) simplemente porque la acera estaba tomada por las motos.

  Una vez más reitero: no estoy en contra de las iniciativas de trabajo, al contrario: las aplaudo y felicito. Todos necesitamos trabajar y ganarnos la vida de una manera digna, pero NO A EXPENSAS del abuso, de la anarquía, y mucho menos poniendo en riesgo la vida de otros.

 Además son tan descarados, que ellos mismos hacen un “rayado”, a manera de “oficializar y legalizar” el hecho de que van a parar sus motos en la acera. Todo esto, ocurre ante la mirada indolente de las autoridades.

Las fotos que acompañan este artículo fueron tomadas en la avenida principal de los Ruices. Algunas frente al SAIME, otras frente al SENIAT, es decir, en sitios donde funcionan instituciones del estado.

 Una vez mas, mi llamado a la alcaldía del municipio Sucre en primera instancia, en segundo lugar a los fiscales de transito y policías, y en tercer lugar a las autoridades que laboran en las instituciones antes mencionadas, que ven a diario como se cometen estas irregularidades en sus narices, y no hacen nada.