domingo, mayo 01, 2011

VENEZOLANIDADES PARTE 1
“De luces intermitentes (el escudo) y cadenas”

Es reconocido a nivel internacional el uso del color amarillo, como símbolo de alerta, de posibilidad de peligro, de precaución. Basta con echar un vistazo a las señales de tránsito, incluso en nuestros ignorados semáforos (si, esas cajitas decorativas que colgamos en las esquinas, con varias luces de colores) el amarillo es (o al menos debería ser) sinónimo de “alerta”, “pendiente con lo que viene”. Incluso en la naturaleza (¡¡esa sabia naturaleza!!) el color amarillo le indica a los depredadores que el insecto o animal en cuestión puede ser venenoso, o al menos propinar una picada muy dolorosa.

Una vez dicho todo esto, ahora pasemos al tema de la “intermitencia”. La intermitencia añade un “toque” de relevancia a la cuestión. No es solamente “soy de color amarillo”, sino que además “me enciendo y me apago”, como para que no dejes de prestarme atención.

Me atrevería a decir que en casi todos los países del mundo en donde existen vehículos, la luz de emergencia (amarilla E intermitente) es una señal que se utiliza para eso: para señalizar una emergencia: se me accidentó el carro, se me pinchó un neumático y quedé atravesado en la vía, me dio un fuerte dolor en el pecho y no sé si es un infarto, me está dando un ACV, etc, etc, etc.

EN NUESTRO QUERIDO Y AMADO PAIS, el significado de las luces de emergencia, es tan variado y tan versátil como lo sean las necesidades del conductor. Aquí puede significar: voy a manejar a 5 km/hr porque estoy buscando una dirección, me voy a estacionar en el kiosquito a comprar el periódico y cigarrillos, estoy “hablando con un pana”, estoy atendiendo una llamada por el celular, y especialmente esta: ME VOY A ESTACIONAR DONDE ESTA PROHIBIDO, pero al colocar las luces intermitentes (el escudo) puedo evadir la ley, por una especie de JUSTIFICACION DIVINA, por el tiempo que sea necesario. También está esta (una de mis favoritas personales): cuando una caravana de 20 o 30 vehículos se dirigen de la Iglesia, hacia el salón de fiesta donde se celebrará la boda, donde además van todos corneteando (¿Puede alguien imaginar la cara de un fiscal de transito en Tokio, si viera algo así?)

Me imagino que en otros países, cuando las autoridades ven a un vehículo estacionado con las luces intermitentes, de inmediato se acercan, llaman por radio a otras unidades y colocan las sirenas porque ¡Dios mío, algo importante ha sucedido! Y si no lo creen, tan solo vean esos programas de televisión por cable acerca de persecuciones, y policías , etc. Aquí la luz de emergencia perdió toda importancia, le ocurrió lo mismo que a las cadenas presidenciales gracias a Chavez: cuando uno era niño, y sonaba la musiquita de que empezaba una “cadena”, todo el mundo se paralizaba, había un silencio sepulcral, pues ALGO IMPORTANTE ESTABA POR SER ANUNCIADO, y había un cierto aire de solemnidad. Claro, en aquel tiempo las cadenas ocurrían si acaso unas 5 veces al año. HOY EN DIA, gracias a nuestro excelso primer mandatario, las cadenas se han incrementado en frecuencia y duración, de manera exponencial, y pudieran ser tan importantes como para decir esto: “Ahiiii vieeene la ooooolaaaaaaaa”, “Esto SI es un COÑAZO de geeeeenteeeeee” ó algo tan importante para el país como esto: “la exhumación de los restos de Simón Bolívar, para determinar las causas reales de su muerte”.

Por eso, mi consejo: si en algún momento llegan a tener una verdadera emergencia dentro de su vehículo, recuerden que no basta con las luces de emergencia, ya que ellas serán ignoradas (por las razones antes mencionadas) así que procuren hacer fuego, humo, o algo por el estilo para realmente llamar la atención de las autoridades.
Pues son estas cosas las que nos hacen un país tan particular, tan único. Si son buenas, malas, jocosas o alarmantes, eso lo dejo al criterio de cada lector.

1 comentario:

Rosa Prat dijo...

Jajajaja ¡Muy bueno! :)