EL VALOR DE LA VIDA
¿Cuántas veces damos por sentado que mañana estaremos aquí, simplemente porque ayer lo estuvimos y hoy también? Y es tan fácil olvidar que la vida es un don, un regalo de Dios, el cual se debe agradecer todos y cada uno de nuestros días, como quien recibe por primera vez un regalo.
Este aire filosófico si se quiere, viene motivado a que el día de hoy (al igual que en otras ocasiones anteriores) estuve bastante cerca de “pasar al otro lado”, y entonces uno se pone melancólico y meditabundo. Aunque debo admitir que independientemente de la situación de peligro que casi viví hoy, yo siempre agradezco la vida y muchas otras cosas, pero ese es tema de otro artículo.
Lo que concierne aquí hoy, dentro de la tónica de nuestra querida “ciudad invivible” es llamar a la conciencia del nivel de peligro y de violencia que hoy reina en la Caracas del 2010.
Primero narraré brevemente el episodio que viví hoy, y luego analizaré 5 hechos, en apariencia inconexos, ocurridos en menos de un mes en Caracas, pero que veremos que están estrechamente relacionados.
En la tarde de hoy, luego de salir del trabajo, me dirigí a visitar a mi abuela y mi tía, quienes viven a muy pocas cuadras de mi casa, en la otrora gloriosa urbanización La Florida, hoy venida a menos y convertida en zona roja; termino que por cierto ya perdió toda relevancia, toda vez que la totalidad de nuestra ciudad es zona roja (así como las cadenas presidenciales perdieron su esencia, su aire de “noticia de importancia” gracias a nuestro gobernante que las ha prostituido hasta más no poder).
El hecho es que alrededor de las 6:30 pm, le digo a mi tía: “mejor me voy ya, aprovechando que es de día y es menos peligroso” y no habiendo terminado de pronunciar esas palabras, sonó una ráfaga de tiros (por lo menos 10) los cuales nos dejaron a todos boquiabiertos y en silencio. Mi tía aun con sus dudas (ella pensó que quizás eran fuegos artificiales) yo en cambio tengo el oído más afinado, y sabía inequívocamente que eran tiros. Esperé unos 5 minutos y me fui. Caminando hacia la Avenida Andrés Bello, habiendo dejado atrás el edificio donde vive mi abuela, me encontré pasando por la entrada de un edificio (unos 3 o 4 edificios después de donde vive mi abuela) y veo una gente reunida en la entrada, un par de militares y un carro medio atravesado. Le pregunto a los militares que fue lo que pasó, y me dicen: “le trataron de robar el carro a un señor, pero no sabían que el tipo era PTJ”. En fin, resulta que no hubo heridos, ni se llevaron el carro, pero las marcas de los disparos quedaron en la entrada de ese edificio, edificio por el cual yo hubiera podido ir pasando, de haberme ido de casa de mi abuela, escasos 3 minutos antes…Eso da mucho que pensar.
Ahora, pasando a los hechos que mencioné antes: en menos de un mes, sucedió todo lo que narro a continuación en Caracas.
Hubo un tiroteo en el Centro Comercial el Recreo, con saldo de 2 muertos y algunos heridos. Encontraron un muerto en un baño del Sambil, con 2 impactos de bala en la cabeza. Asesinaron a golpes al director del Centro Uruguayo. Mataron de una puñalada (en plena zona de la Plaza Altamira) a un señor, cerca de las 5:30 pm, a manos de unos “niños” (estilo los que aparecen en la película Hostal) los cuales pululan en la pequeña placita que está frente a la Plaza Altamira (creo que se llama Plaza Altamira Sur) por resistirse al robo y finalmente el episodio del que casi fui protagonista el día de hoy.
Cabe preguntarnos ¿Qué es lo que está pasando? ¿Cuándo y cómo llegamos a este nivel de descomposición social? El fin de semana del 5 de Julio que acaba de pasar, dejó un saldo “reportado” de aproximadamente 53 muertos…..¿Que clase de ciudad es esta? ¿Cuáles son las expectativas de vida de un habitante de Caracas? Aun no tengo hijos, pero me asalta la duda…Y si tengo un hijo y me matan en la calle como un pendejo antes de que el pueda valerse por sí solo?
Paradigmas del pasado como: “De día no es peligroso”, o “Donde hay bastante gente es más seguro” o este otro “Hay ciertas zonas de caracas que son seguras”, quedaron total y absolutamente obsoletos, anacrónicos, inútiles.
Señores, aquí lo que manda, es tener mentalidad de país en GUERRA.
“Cualquier persona es un potencial enemigo”, “No hay zonas seguras”, “La guerra no tiene horario.”
Sin querer sonar paranoico, les aseguro que en la medida en que interioricemos esas 3 afirmaciones, tendremos más chance de sobrevivir (porque como he dicho en muchas ocasiones, en Caracas no se vive, se SOBREVIVE) en esta jungla de concreto.
Les recomiendo ampliamente un libro que leí hace unos 17 años, cuando andaba en la onda de las armas, los cursos de tiro, etc. que se llama “En caso extremo” escrito por el analista de seguridad Marcos Tarre Briceño y el ex DISIP (y también mi instructor de tiro defensivo) Fernando Arcaya. Creo que nunca estuvo tan vigente como hoy ese libro.
1 comentario:
Sustos y más sustos...Aquí está el otro evento... http://rosapratloves.blogspot.com/2010/07/violencia-flor-de-piel.html
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