Lo
que voy a decir, no es ni nuevo ni mío, pero es algo que tengo “atravesado
entre pecho y espalda” desde hace muchísimo tiempo.
Es
realmente impresionante, impactante diría yo, la forma recurrente y enfermiza
(como si de un caso de TOC se tratara) en que el gobierno se empecina en “resolver”
cada vez más y más problemas tan solo “cambiando nombres”, poniendo una
palabrita aquí, quitando otra mas allá. De verdad no se si lo hacen con toda la
intención de hacer que a las personas con mas de 2 dedos de frente, les hierva la
sangre, o simplemente son tan obtusos que en su mente, realmente CREEN que con
eso se va a solucionar el problema.
Ejemplos
hay por docenas: lo que en la mal llamada cuarta república era la DIEX, luego
ONIDEX, SAIME, etc. etc. etc. sigue siendo (con algunas excepciones) el mismo
monstruo burocrático, chanchullero y desordenado de siempre. Cuando no hay
falta de material para hacer los pasaportes, entonces “se cayó el sistema” o la
página web para pedir las citas está dañada. Cuando yo renové mi pasaporte, un
par de años atrás, me quedé realmente sorprendido con la “velocidad y facilidad”
con que pude gestionar mi “cita”. La plataforma era rápida, la página amigable
y la “cita” me la dieron realmente rápido. No es fortuito que haya escrito la
palabra “cita” entre comillas todas estas veces.
Si
buscamos la palabra en GOOGLE (porque ya casi nadie utiliza el diccionario)
encontramos la siguiente definición: CITA
:”Acuerdo o compromiso entre dos o más personas acerca del lugar, día y hora en
que se encontrarán para verse o tratar algún asunto.”
Y
es que eso precisamente es lo que YO ingenuamente pensaba que tenía al momento
de ir a sacarme el pasaporte: una fecha y una hora, en la cual me atenderían A MI. Craso error. Al llegar a la
mencionada “cita”, con una media hora de anticipación (los que me conocen saben
que soy un tanto maniático con la puntualidad), me doy cuenta de que hay, no
menos de 200 personas que también tenían “cita” para el mismo día y a la
misma hora que yo. Dado que los seres humanos (o al menos yo) no poseemos el
don divino de la Omnipresencia, me llené de valor y pregunté en la taquilla de “información”
que cual era el proceso a seguir. Pues muy sencillo: ¡¡¡HAGA LA COLA!!!!! La cual fue de casi 3 horas.
No puedo
cerrar este episodio sin antes mencionar, que al momento de irlo a retirar, fui
un día sábado, ya que habían instalado un operativo para agilizar la entrega y
en esa ocasión tardé menos de 10 minutos en entrar y salir.
Otro
que me llama mucho la atención es el famoso CICPC, antes PTJ. No me extenderé
mucho sobre este tema en particular, pero solo agregaré que una vez (hace
aproximadamente 7 años) acompañé a un familiar a poner una denuncia y no había
papel para las impresoras, por lo cual tuvimos que ir a la casa, buscar papel y
regresar, para que los funcionarios pudieran tomarnos la denuncia.
Hace
escasos 6 meses, me tocó ir de nuevo a poner una denuncia, y la situación era quizás
peor: esta vez sí tenían papel, pero no habían ni unidades (carros) ni personal
(funcionarios) para ir a hacer la experticia. En fin, a mi parecer, siguen
teniendo las mismas deficiencias, sin importar como se llame. Ojo, una vez más
debo destacar que a pesar de las carencias, había gente intentando ayudar.
Sin
hablar del tema de los ministerios, que pareciera que experimentan “mitosis”
(división celular). Entonces de uno, salen 2 ó 3.
Pero
más allá de las instituciones y organismos, creo que lo que más irrita es el
cambio de nombre en situaciones o acontecimientos comunes.
El mejor ejemplo es
el de los “dignificados”, anteriormente conocidos como “damnificados”.
¿Es
que acaso el hecho de perder la vivienda y los enseres, vuelve a las personas automáticamente
dignas? ¿Es que antes de sufrir la desgracia, no lo eran? Llámense como se
llamen, esas desdichadas personas que por algún desastre natural lo han perdido
todo, han sido maltratadas, ignoradas y hacinadas en espacios no adecuados por
períodos de tiempo espantosamente inapropiados. Desde meter gente en el
Poliedro, pasando por el fallido Sambil de la Candelaria y expropiando
concesionarios de carros en construcción, no se les mejoraron sus condiciones
NI en el tiempo NI de la manera adecuada.
El
bendito PVJusto…..Antes era el PVP, luego creo que el PMVP, ahora es el PV
Justoooooo (así, gritadito, altanero). Más de lo mismo: por el simple hecho de
llamarse “justo” no significa que el mortal común, tenga la capacidad de dejar
la totalidad de la quincena en simplemente comprar 3 paquetes de toallas
sanitarias, 1 champú y 2 kilos de carne. El problema señores del gobierno no es
si se le llama justo o injusto, el problema es la distorsión de la economía
venezolana. Una distorsión que en gran medida viene dada por………(redoblante para
llegar a mi favorito) ¡¡¡EL DÓLAR!!!
Amigo
presidente, amigo ministro: el dólar es el dólar. CADIVI/SICAD I/SICAD II/
SICAD 10.000/ SIMADI, etc, etc, etc ……Somos el único país en el mundo con 4 ó 5
tasas de cambio coexistiendo en “imperfecta desarmonía” y por eso estamos como
estamos. Si vas a viajar, vale tanto. Si vas a importar comida, vale tanto, si
vas a traer medicinas, vale tanto. Si te quieres comprar un celular, es tanto.
Pero el hecho, es que el dólar es uno solo, y tiene un único valor. Y de paso
NO HAY.
Como
siempre, debo dejar un pensamiento final, una reflexión, así que no diré más
que esto: así como “No por mucho madrugar, amanece más temprano”, también aquí aplica
que “no por mucho renombrar, se resuelven los problemas”.
Porque
en definitiva, seamos REPUBLICA DE VENEZUELA, REPUBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA, o REPUBLICA SOCIALISTA DE VENEZUELA, al final del día, somos
VENEZUELA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario