Si
bien en un artículo pasado escribí que a mi parecer las elecciones del 7 de
Octubre de 2012 eran las más trascendentales de las últimas décadas (a mi
juicio), pues ahora, con el devenir de los hechos pienso que las más importantes
serán las de Abril de 2013. No soy analista político, ni experto en la materia.
Tan solo soy un ciudadano de a pie, y como tal, expondré mi punto de vista y lo que creo que vendrá en lo
inmediato.
Lo
primero que debo decir, es que lamentablemente tengo la percepción de que vamos
inevitablemente rumbo a una derrota electoral contundente.
Explico por qué:
Lo
primero que atenta en nuestra contra (y digo NUESTRA) porque me ubico del lado
de la oposición; es el tiempo (timing como dirían los gringos). Mediados de
Abril es un tiempo demasiado cercano a la muerte del presidente, por lo tanto
hay aun mucha (muchísima) efervescencia en el ambiente, mucha emotividad.
Estamos en pleno proceso de gestación del fenómeno de volver a Chávez un Dios,
un ídolo colocado a nivel de Jesús Cristo, de Bolívar, etc. Y eso
definitivamente NO ayuda para nada.
El
astuto Nicolás Maduro, se está aprovechando de toda esta situación y está
sabiamente realizando lo que yo llamo LA TRANSFERENCIA. Transfiriendo toda esa
energía, ese duelo, ese dolor, esa emoción, hacia su proyecto político, dándole
fuerza y musculo electoral. Su mensaje es sencillo, directo y efectivo (aunque
a mi parecer no es real): “Yo soy la GARANTIA DE CONTINUIDAD del proyecto
político y de país que era Chávez.”
De
esta forma se asegura los millones de votos que legítimamente le pertenecían a
Hugo Chávez. Y digo que no es real
porque así Maduro tenga la INTENCION de continuar con el proyecto de Hugo Chávez,
las condiciones socio económicas del país no se lo permitirán. Hay que estar
claros en que uno de los grandes motores de la revolución (como les gusta
llamarlos) ha sido el dinero (en forma de dádivas principalmente) y esto ya es
prácticamente insostenible, al menos con las condiciones actuales. Si bien el
petróleo juega a favor de Venezuela, ya el inmenso gasto público hace
insostenible el ritmo de desembolso de
dinero hacia lo interno como ha venido sucediendo. Y la única manera de
continuar esto es a través de más devaluación, aumentando los impuestos existentes
o creando nuevos impuestos. Un pueblo ahogado en inflación, escasez y
desabastecimiento, no puede ser distraído o acallado con un pírrico aumento del
salario mínimo, que a todas luces será más que insuficiente para cubrir las
necesidades básicas. El tema de la obtención de divisas, es otro factor que
hará merma en el poder adquisitivo del venezolano. Rubros tan delicados y
fundamentales como el de las medicinas, ya se ven afectados severamente, con
las consabidas consecuencias.
El
segundo factor que atenta contra las posibilidades de la oposición, es que el
oficialismo y sus adeptos, trabajan como LAS HORMIGAS.
Las
hormigas son realmente admirables, y de ellas se puede aprender muchísimo.
Primero, parecen jamás descansar: trabajan de día y de noche, por turnos. Lo
cual hace que su labor (sea cual sea) avance de manera continua e indetenible.
Otra
de sus características es que NO SE AMILANAN FRENTE A NINGUN ENEMIGO, por
grande o poderoso que este sea. Una vez detectada la amenaza, la atacan entre todas,
y superando al enemigo en número (aunque no en fuerza ni poder) logran
desarticularlo efectivamente.
Así
trabaja el oficialismo: se movilizan en grandes masas, realizan grandes
concentraciones. Que si son traídos en autobuses, que si les pagan, ese es otro
tema.Y a los efectos, es irrelevante. El hecho es que SON muchos, y SE VEN como
muchos.
Caso
muy distinto al de la oposición. Si bien la oposición representa a groso modo
“La mitad del país”, son muy contadas las movilizaciones que hacemos. Hay que
admitir que el chavismo en ese sentido, nos lleva una ventaja (y así lo han
demostrado los resultados electorales).
En
la medida en que la oposición aterrice de una buena vez, y entienda que si
seguimos yendo a una pelea, donde cada luchador tiene un juego de reglas
DIFERENTE, jamás se logrará la victoria.
El
ejemplo que me viene a la mente es el de una pelea de boxeo, donde una vez
iniciado el combate, uno de los boxeadores se quita los guantes, y además de
golpear sin guantes, saca un bate. Mientras que el otro, sigue peleando tan
solo con los guantes. El boxeador que usa sus guantes (la oposición) se jacta
de decir que “respeta totalmente las leyes”, y sí, es verdad, las cumple al pie
de la letra, pero termina masacrado en la lona, perdiendo el combate.
El
otro boxeador (oficialismo) incumple las reglas del combate: utiliza los
recursos del estado para hacer campaña, usa todos los medios de comunicación a
su antojo, controla el CNE y el TSJ, incumple lapsos, etc. etc. etc.
Entonces,
¿Hasta cuándo vamos a ser tan durmientes y sumisos señores?
¿Cuándo
será que nos va a hervir la sangre y saldremos a la batalla con las mismas
armas con que a nosotros nos atacan?
¿Acaso
será cuando Maduro entregue el cargo a Diosdado dentro de 12 años, y Diosdado
se lo entregue a Jaua dentro de 18 años? ¿Acaso creen que de aquí a allá
quedará oposición en Venezuela?
Señores,
es tiempo de despertar. Solo un tonto sigue jugando el juego respetando las reglas mientras el enemigo las rompe.
Y
para cerrar, quiero dejar una frase con respecto al presidente Chávez, a quien
no le resto que haya hecho cosas por su país.
“Chávez
fue el presidente que MENOS HIZO siendo el que MAS TUVO”.