Ayer
se realizaron las elecciones mas trascendentales (a mi parecer) en la historia
reciente del país. Se trataba sobre elegir entre dos rumbos, dos caminos, dos
tendencias diametralmente opuestas, totalmente encontradas. Incluso llegué a
pensar en que los resultados de dicha elección significarían el fin de este
Blog. Pues ya no tendría sentido de hablar de una “Ciudad Invivible”, sino todo
lo contrario, una ciudad de esperanza, de oportunidades, de retos. Hasta llegué
a pensar en cambiar el nombre: “Caracas, ciudad rescatable”.
Lamentablemente,
hoy amaneció el país con la noticia de que el camino elegido por la “mayoría”,
fue el del retroceso, el estancamiento, el totalitarismo, el atraso y la mediocridad.
Si
bien es claro que la tolerancia, el respeto por el otro (aunque difiera en
nuestro pensar) y la inclusión son los principios que deberían regirnos, me es
sumamente difícil hacer estas cosas.
Y
no me es difícil por un capricho, por un antojo, o porque simplemente este sea
mi Blog, no. Me es difícil, porque no logro concebir a una “mayoría” de país,
que elija la desidia, la dejadez, el descuido, la mediocridad, el oportunismo y
la falta de compromiso como sus valores fundamentales.
Es
prácticamente inconcebible que un gobierno que se ha caracterizado (en mayor o
menor grado) por la descalificación, el desconocimiento del otro, en atender
como asuntos prioritarios los problemas y calamidades de otras latitudes antes
que las nuestras, sea ratificado, con una inmensa mayoría por otro periodo de 6
años. Y no es solo que sean 6 años de un gobierno ineficiente e incapaz, sino
que con estos 6, ya sumarían 20.
20
años, ¿Suena como mucho? Y sonará así aun más, si tomamos en cuenta que nuestro
país es sumamente joven, con quizás un 65% o más de la población por debajo de
los 40 años. Esto quiere decir que muchísima más de la mitad del país que hoy
conocemos, tendrá como UNICO presidente conocido y recordado al innombrable.
Generaciones de niños y adolescentes, que han crecido viendo como “normal” que
maten a 50, 60 , 70 personas durante un fin de semana (solo en Caracas), que
ven con absoluta normalidad que las calles estén rotas, que la basura desborde
nuestras esquinas, que el metro presente fallas y retrasos constantemente. Que
se cierren, multen, expropien y confisquen empresas y propiedades. Que los
autobuses y el tráfico automotor en general hagan lo que les da la gana, sin
respetar paradas, semáforos, rayados, etc. Que crezcan viendo como algo común y
cotidiano a las motos circulando por las aceras y a los peatones caminando por
la calle.
Unos
nuevos “adultos” que aprenderán que no importa cuanto estudies, cuanto te
prepares ni cuan duro trabajes, el día de mañana tu “solida” empresa podría ser
expropiada por el gobierno, dejándote a ti y a los tuyos sin sustento. Una
generación a la que se le muestra que es mas importante que en otros países se
construyan casas, hospitales, autopistas, etc. con nuestro dinero, mientras
aquí la vialidad se cae a pedazos, los hospitales no tienen insumos para
atender a los pacientes y la inmensa mayoría de las casas que se han
construido, se hicieron a los trancazos, en el ultimo año, y ¡sin siquiera
llegar a cubrir la demanda habitacional del primer año de gobierno!
Pues
si, mis estimados: esto es a lo que nos enfrentamos hoy en día. A una nueva
Venezuela, donde mas de 15 millones de venezolanos habrán tenido 20 años de
adoctrinamiento de un “supuesto socialismo del siglo 21” (que no tiene nada ni
de Socialismo, ni mucho menos de siglo 21).
Entonces,
la pregunta que debemos plantearnos es la siguiente: Bajo esta perspectiva,
¿Existe alguna posibilidad real de que en unas elecciones (si es que las llegan
a haber) dentro de 6 años, haya suficiente gente en la oposición, con la
capacidad de hacer que todo esto cambie?
A
mi entender, solo hay dos posibles escenarios: uno, en el que la inmensa
mayoría que nació y creció en este régimen podrido y desgastado, lo siga
apoyando por el simple hecho de que NO CONOCEN OTRA COSA. Lo cual sería sencillamente
abominable.
O por el otro lado, que aquellos de nosotros que aun quedemos en
esta tierra de gracia, y que tuvimos la dicha de conocer mejores tiempos,
mejores gobiernos y mucho mejores gobernantes (ojo, con sus pro y sus contras)
aunemos nuestros esfuerzos en contrarrestar el adoctrinamiento y logremos crear
conciencia en esas nuevas generaciones, de que existe una mejor manera de hacer
las cosas, una mejor forma de vivir, un mejor país.
Es
allí donde entramos todos y cada uno de nosotros. Cada quien desde su pequeña
tribuna: el maestro, el padre, el tío, el primo mayor, el compañero de trabajo,
los periodistas, escritores, hombres de letras, las madres desde la casa, historiadores,
en fin, todo aquel que alguna vez conoció algo mejor, y que crea firmemente que
nosotros también podemos lograrlo en Venezuela.
Por
todo esto, es que lejos de desaparecer mi Blog (a pesar de haber estado alejado
por algunos meses), es en este momento que lo retomaré con más fuerza, con más
ojo critico, con mas ahínco porque es mi única forma de desahogarme, de crear
conciencia y de contribuir con el rescate de mi país.