domingo, marzo 27, 2011

“COMO VAYA VINIENDO VAMOS VIENDO”
ó
“LA CIUDAD DE LA IMPROVISACION”

Nunca dejará de sorprenderme como una ciudad (o para tal efecto, un país) puede manejarse de una manera tan improvisada, tan dejada, tan irresponsable.
Imaginemos por un momento lo siguiente: alguien desea remodelar su baño (y para colmo, el apartamento tiene un solo baño), entonces, si aplicamos la “metodología” (palabra un poco sofisticada para el caso, pero apropiada para mi ejemplo) que se utiliza en Caracas, la cosa sería más o menos así:
Primero, sin avisarle a los habitantes del apartamento que se van a quedar sin baño, un buen día, al levantarme decido reventar la poceta, desprender el lavamanos, tumbar las baldosas, la cerámica y las lámparas, y por último, quitar la ducha. Acto seguido, dejo todos estos escombros, atravesados en la mitad del pasillo del apartamento (obviamente sin ningún tipo de señalización, para que alguien se pueda tropezar y romper la cabeza, ¡¡Como debe ser!!).
Después salgo a la calle, “a ver” donde consigo esas piezas del baño, cerámicas, lámparas, etc. Lo más seguro es que consiga cerámicas, lámparas, etc. pero no poceta (porque nunca es posible conseguir todo en Caracas), y de paso, no se si me alcancen los reales para comprarlo todo, porque la palabra “presupuesto” no existe en mi diccionario.
Luego, asumiendo que a lo largo de un par de semanas, conseguí todo lo que necesitaba, procederé a encontrar un albañil que sepa instalarme todo aquello, que además sea de confianza, y que de paso no cobre tan caro. El señor seguramente vendrá el primer día, instalará la mitad de las cerámicas, conectará la lámpara y dejará colocada en su sitio la poceta (para continuar mañana). Lo malo es que el señor se echó una pea salvaje, y al otro día no vino, no contestó su celular (porque se quedó sin saldo) y de paso le salió “un tigrito” para ir a pintar una casa en Santa Teresa del Tuy, por lo tanto me dejó guindado por unos 4 días (4 días adicionales a las 2 semanas, que por cierto el apartamento se quedó sin baño).
Al cabo de dicho tiempo, el señor vino a terminar el trabajo, no sin antes anunciar un incremento del precio que inicialmente me había ofrecido, por aquello de que “la inflación” hizo que aumentaran los materiales. Al final, el hombre me terminó el baño, y de paso me ofreció retirar los escombros (que ya llevan casi un mes en el pasillo) por una “módica” suma adicional.
Si todo lo anterior parece sacado de un cuento de terror, o de una comedia, o demasiado absurdo para ser verdad, solo dense una vuelta cualquier día por nuestra hermosa ciudad y vean como se lleva a cabo una obra cualquiera: tapar huecos, ampliar las aceras, pintar un rayado, remodelar el Bulevar de Sabana Grande, colocar el cableado para televisión por cable. Es impresionante como una actividad que debería ser sencilla, cotidiana y rápida, se convierte en una molestia para la comunidad, un estorbo para los vecinos, una tortura para el tráfico automotor, etc, etc, etc. En días recientes leí con asombro (y tristeza por mi país) como en Japón luego del terremoto-Tsunami, se destruyó una tramo de autopista de 150 Kms de largo (lo que hay en la autopista regional del centro desde Caracas hasta Valencia) y los japoneses lo repararon en 6 días… ¡¡¡No puedo creer esto, 6 días!!!! Aquí tenemos 20 años tratando de terminar la autopista vía oriente.
En fin, estamos muy pero muy lejos de alcanzar el rango de “país en vía de desarrollo”, porque el solo hecho de utilizar la palabra “vía” implica movimiento, acción, proactividad….y de verdad no veo nada de eso, sino por el contrario veo desidia, indolencia y cada día más: ANARQUIA.